Viendo la demostración de ‘Project Natal’, presentado por Microsoft el pasado lunes en la conferencia inaugural del E3 (Electronic Entertainment Expo) 2009, me vino a la mente inmediatamente esa escena de Minority Report en la que Tom Cruise maneja la interfaz de un ordenador moviendo las manos en el aire. Lo que Spielberg nos presentaba como una tecnología que alcanzaríamos en un futuro a medio plazo, Microsoft parece traerlo siete años después al salón de nuestras casas como producto de consumo.
Creo que algunos podéis estar despistados. Me explico: estoy hablando de videojuegos. El E3 es la feria internacional de videojuegos más importante que existe, un macroevento donde las grandes empresas del sector (Nintendo, Sony, Microsoft y las desarrolladoras de videojuegos) se vuelcan y muestran lo mejor de lo mejor que llegará al sector en los próximos meses. Cada X años hay una conferencia que marca el devenir de la industria, que sienta tendencias, y ese parece ser el caso de la celebrada por Microsoft para presentar las novedades de su consola de sobremesa, la Xbox 360. Y es que la empresa de Gates mostró una tecnología que, si funciona tal como se vio en Los Angeles, va a suponer un golpe sobre la mesa en esto de jugar delante de la tele.
‘Project Natal’ es una especie de web-cam que aúna la tecnología del 'Eye Toy' de Play Station y el famoso Wiimote (el mandito de Nintendo para la Wii), pero llevándolas aún más allá y siendo capaz de reconocer con absoluta precisión movimientos, colores, formas e incluso gestos faciales, y que además incluye un micrófono para responder a los comandos dados por voz. La precisión con la que funcionaba el chisme te dejaba con la boca abierta.
El objetivo vuelve a ser suprimir los tradicionales joy-pads a la hora de interactuar con un videojuego, y realmente parecía posible. Pero lo mostrado no sólo revolucionaba los actuales conceptos de juegos, sino que se adentraba en campos todavía inexplorados. Por ejemplo, en la conferencia una chica interactuaba con un niño virtual (llamado Milo) gracias a este periférico, que identificaba su estado de ánimo según sus expresiones, y en el que la chica (real) mantenía una fluida conversación con el avatar en la pantalla, mostrando nuevas formas de interrelación con un videojuego. Por ejemplo, trazaba en un papel (de verdad) un dibujo, y Milo reconocía el objeto dibujado una vez se le mostraba. Los límites entre el mundo virtual y el real, tan claramente delimitados hoy día por la necesidad de utilizar periféricos para interactuar con las máquinas, comienzan a difuminarse de una manera pasmosa.
Tal ha sido el impacto logrado por Microsoft con esta tecnología, presentada por Steven Spielberg y el gurú de los videojuegos Peter Molyneux, que la prensa generalista de todo el mundo se ha lanzado a recogerlo con devoción (ayer mismo podíais leer artículos en las páginas de El País o El Mundo). Yo, como aficionado a este sector desde hace mucho tiempo, soy mucho más prudente.
Este intento de simplificar la manera de jugar (eliminar el tradicional mando) es, sobre todo, un intento de asaltar el mercado que Nintendo ha ganado en los últimos años con Wii. La ‘Gran N’ ha vendido muy bien esa imagen de accesibilidad a un gran público al que asustaban los habituales joy-pads llenos de botoncitos de las videoconsolas (esos anuncios de gente jugando al tenis moviendo sólo el mando han sido muy eficaces). Lamentablemente, la innovación de Nintendo (al menos para el que suscribe) ha supuesto una gran herramienta de marketing, pero apenas ha tenido impacto en el desarrollo de videojuegos. Y es que, en el 99% de los juegos de Wii, el concepto de juego sigue siendo el mismo: los movimientos que antes reproducíamos mediante pulsaciones de botones ahora los reproducimos mediante movimientos del wiimote. Pero, en la mayoría de los casos, a los juegos de Wii podríamos conectarle un mando normal, adaptar los controles, y todo funcionaría igual. De hecho, Wii tiene un grave problema a la hora de comercializar sus juegos: es, de largo, la consola que más plataformas vende, pero también la que menos juegos coloca por consola vendida.
Así que Microsoft nos presenta una tecnología mucho más avanzada que la ofrecida por Nintendo, pero también corre el riesgo de que las desarrolladoras de videojuegos no exploten dicho potencial, y se limiten a reproducir los esquemas ya conocidos de una manera distinta. Veremos a ver.
Por cierto, el otro gran impacto de la conferencia fue la presentación de Metal Gear Solid para la Xbox. La última gran franquicia exclusiva de Play Station llega a la competencia, lo que supone toda una bofetada sin mano para Sony. Los aficionados al mundillo sabéis de lo que os hablo, los que no, para que lo entendáis, es como si Florentino ficha a Iniesta. Un mini golpe de estado.
Lo dicho: una conferencia del E3 de las que marcan época, y que deja claro el gran trabajo que Microsoft (a golpe de talonario, de atrevimiento y buenas ideas) está haciendo con Xbox 360, dentro de un mercado extremadamente competitivo, al que llegó hace unos años como novato, y del que yo creía que la expulsarían en poco tiempo. Ahí os dejo un par de enlaces a vídeos que muestran mejor lo que es el ya famoso 'Project Natal'.
http://www.youtube.com/watch?v=ie02k3eAvxY
http://www.youtube.com/watch?v=p2qlHoxPioM&feature=fvsr
Little, Big
Hace 2 meses
¡Alucinante! Pero estoy contigo: Veremos a ver...
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