También pensé en titular el artículo como "Declaración de amor a la Nintendo DS" y es que creo que los aficionados a los videojuegos le debemos algo a la consola portátil de Nintendo. De igual modo que hace unos días me quejaba del ‘bluff’ que, a mi entender, ha supuesto Wii, cuya innovación no ha ido más allá de un curioso sistema de control (pero que no ha conseguido generar nuevos conceptos y mecánicas de juego), no puedo dejar de quitarme el sombrero ante lo que esta pequeña consola está consiguiendo en el mercado.
La Nintendo DS, cuyo nombre íntegro es Nintendo Dual Screen, fue diseñada a imagen y semejanza de los viejos juegos ‘Game & Watch’ que Nintendo lanzó al mercado en 1980. Algunos los recordaréis: eran pequeños sistemas portátiles con una (o dos) pantallas de cristal líquido, en las que había una serie de gráficos impresos que se activaban al pulsar los botones, similares a los dígitos de una calculadora. Estas “maquinitas” son las auténticas precursoras de las pequeñas videoconsolas de hoy día, y marcaron el comienzo del idilio que Nintendo mantiene con los videojuegos portátiles, un mercado que la empresa de Kioto ha dominado férreamente desde sus inicios.
La actual propuesta de la Gran N en este sector, tras la exitosa Game Boy, es la aún más exitosa Nintendo DS, una consola que introducía varias novedades respecto a lo visto anteriormente, como son el micrófono con detección de voz, la doble pantalla y el manejo táctil de una de las mismas. Sin embargo, la DS se ve penalizada por un hardware mucho menos potente que el de su directa (y distanciada en ventas) competidora, la PSP (PlayStation Portable) de Sony.
Estas peculiaridades técnicas han dotado al catálogo de juegos de la Nintendo DS de una serie de características que la convierten en una consola sorprendente. Para empezar porque, a diferencia de lo que pasa con Wii, su peculiar sistema de control sustentado en la pantalla táctil sí se ha traducido en nuevas e innovadoras mecánicas de juego, creando formas de jugar a un videojuego que no existían hasta la llegada de Nintendo DS. Para comprobarlo basta con jugar a Wario Ware Inc Touched!, Rhythm Paradise o los archiconocidos Brain Training.
Por otra parte, y creo que esto es lo que más debemos agradecerle a la pequeña consola, sus limitaciones de hardware, sobre todo en lo que a manejo de entornos poligonales se refiere, a hecho que la DS se refugie en los géneros clásicos de la industria. Géneros que no requieren de un gran despliegue gráfico pero que se apoyan en dinámicas jugables que todos conocemos y sabemos que funcionan, profundizando en ellas hasta sublimarlas. Juegos de plataformas (de saltar, para los que no conozcáis el argot), puzzles, juegos de rol (J-RPG), aventuras gráficas… tienen los mejores exponentes de su historia en la Nintendo DS. Unos géneros que, en muchos casos, apenas existirían en el mercado (o directamente habrían desaparecido), sepultados por aquellos géneros que mejor aprovechan la potencia gráfica de las consolas de nueva generación.
No sé si esto responde a una estrategia comercial calculada a priori o, simplemente, Nintendo ha sabido hacer de la necesidad virtud, y se ha adaptado al mercado potenciando unos conceptos de juego avocados a la desaparición por la escalada tecnológica. Sea como sea, Nintendo DS es, a día de hoy, la consola más vendida de la historia. Y yo que me alegro.
Little, Big
Hace 2 meses
AQUELLAS PRIMERAS CONSOLAS DE NINTENDO SI QUE ENGANCHABAN CANTIDAD, AUNQUE LO MÁS CURIOSO ES QUE A DÍA DE HOY SIGUEN SIENDO IGUAL DE SIMPLES PERO IGUAL DE ENGANCHABLES...(VGS)
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