Pues en esas estábamos cuando le digo a Grace, “el mejor Barça de la historia todavía no sabe ni dónde está el balón”, y el cabrón de Iniesta, que parecía que me hubiera escuchado, la coge en el carril del 8, avanza, avanza, avanza, los del Manchester lo miran, lo miran y lo miran (sin atreverse a entrarle o yo que sé), hasta que mete un pase a Eto’o que anoche jugaba por donde Messi, y el ‘hermano’ confirma, así de entrada, que es tan buen delantero como bocazas. Y ahí se acabó el Manchester. Vamos, que se podrían haber vuelto al vestuario, porque el Barça cogió la pelota y, como los niños repelentes, no la compartió en todo el recreo.
Y es que el final de la primera parte y el principio de la segunda fue de auténtico burreo. El Barça le pasó por encima a los ingleses. Y el partido me confirmó varias cosas que ya pensaba antes: para empezar que Ferguson es tonto, ajín, del tirón. ¿Cómo puedes vender a Piqué y quedarte con O’Shea? ¿cómo pudo vender hace unos años a Forlán al Villareal por tres duros? ¿cómo puedes regalarle, en una final, el centro del campo al equipo con los mejores centrocampistas del mundo? Bueno, ya véis que el escocés no es santo de mi devoción.
En el extremo opuesto (al menos anoche) tuvimos a Guardiola, un tío que siempre me ha caído de puta madre, y por el que me alegro especialmente. Pedazo de jugador y pedazo de entrenador (aunque por su culpa le estoy cogiendo asco al Viva la Vida de Coldplay). Salir a jugar toda una final de Champions con tres centrocampistas de toque (Iniesta, Xavi y Busquets), sin ningún medio centro de contención, y con tres delanteros… es para quitarse el sombrero. Es llevar tu idea futbolística, el amor al fútbol-toque, al extremo, y encima que te salga bien. Claro, que si no tienes a Iniesta, Xavi, Messi y Busquets… (o a Senna, Silva, Xavi, Iniesta y Cesc) ese concepto de fútbol no es viable. Pero el mero hecho de tener la valentía de hacer la propuesta y conseguir que funcione sobre el terreno de juego es increíblemente meritorio, y un placer para los que nos gusta este deporte. Y para colmo con siete canteranos en el once titular. No sé, es todo tan redondo que si eres culé debes estar en una especie de orgasmo místico. Si yo fuera Guardiola me retiraba mañana y quedaría como gurú del fútbol para los restos. “Yo fui entrenador de fútbol pero lo dejé porque el primer año lo gané todo”.

Por cierto, hoy viendo las portadas del As y el Marca me acordé de las portadas del Sport y el Mundo Deportivo cuando el Real Madrid ganó la última copa de Europa. Ahí os dejo dos, para que busquéis las cinco diferencias. Luego dirán que la prensa culé y madridista son lo mismo. Y lástima que no he encontrado la del Sport, que le dedicaba a ‘la novena’ del Madrid una mini foto en el sumario con comentario despectivillo.
En fin, que yo tengo todas mis esperanzas puestas en Florentino, sí, es así de triste. Y los madridistas siempre podremos pensar que ya se acabó, que esta gente ya no puede ganar más (al menos este año).